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El campesinado y Sendero Luminoso (página 2)




Enviado por Miguel A. Anfuso



Partes: 1, 2

En 1980, es nuevamente elegido presidente Fernando Belaúnde Terry, con
la vuelta a la democracia el nuevo gobierno intenta derogar las reformas más
radicales de la dictadura, generando muchas expectativas en la población.
Acompañado de un equipo económico liberal Belaúnde Terry
no solamente fracasó en las reformas propuestas sino que desplazó
desde un principio a los dirigentes más antiguos de la Acción
Popular.

Es importante a tener en cuenta que a partir de la década de los 80
justamente con la ampliación de la económicas de mercado globalizada,
las brechas sociales se ampliaron y los grupos más violentos encontraron
tierra fértil para llevar adelante sus objetivos. "El neoliberalismo,
que dio prioridad a la dinámica del mercado sin trabas, generó
nuevas desigualdades y nuevas injusticias en una región que ya había
tenido la peor desigualdad económica en el mundo. Mucha gente en la región
respondió con pasividad o estableció formas de acción clandestinas"[2]

El despertar de grupos clandestinos en medio de movimientos sociales, con el
imperativo de la violencia, se da a contracorriente de lo que sucedía
en la mayoría de los pueblos latinoamericanos, en los cuales la guerrilla
urbana había dejado paso a nuevas formas de expresión política,
sin embargo en Perú aparece Sendero Luminoso que si bien, es un apéndice
de los reclamos sociales, no tardará en convertirse en uno de los grupos
más violentos de Latinoamérica con una clara finalidad política,
instalarse en el poder. Si bien, en la década del 60 ya se manifestaban
las primeras condiciones que luego conllevarían a una violencia inusitada,
ubicando su epicentro en la zona de Huamanga, es en el mismo año en que
vuelve la democracia a Perú, 1980, cuando el grupo marxista leninista
maoísta Sendero Luminoso, dirigido por Abimael Guzmán, quién
había sido profesor de filosofía en la Universidad Nacional de
San Cristóbal de Huamanga, le declara la lucha sin cuartel al Estado
peruano en el departamento de Ayacucho.

A partir de 1983, se intensifica su accionar, imponiendo una régimen de terror en las comunidades de la región sur andina, asesinando a miles de campesinos y autoridades locales. Como contraparte el gobierno sin estrategia, declara el estado de Emergencia y envía a las Fuerzas Armadas que no tardarán en desplegar una represión tan o más brutal que la empleada por Sendero Luminoso, engrosando el número de victimas; a esto se suma la reubicación de los campesinos a "bases antisubversivas" o "comunidades estratégicas" donde las incompatibilidades étnicas o comunales, como menciona Gonzalez, engendraron una violencia que cobró dinámica propia.

Ante lo expuesto cabe preguntarnos, ¿Por qué Sendero Luminoso no encontró respuesta en el campesinado para la lucha, al punto tal que comenzó a cobrarse las vidas de estos últimos?

Sin lugar a duda no es uno solo, sino son múltiples los factores que dan respuesta, factores que podemos encontrar tanto en ese presente pero también en el pasado andino. Como mencionamos en un principio, Perú estaba determinado por un presente que no escapaba a las políticas que preparaban el terreno fértil para que germine el neoliberalismo, pero las condiciones socio culturales también estaban determinadas por el pasado, a pesar que algunos autores nieguen su determinación.

A nuestro entender los factores a tener en cuenta son los siguientes: a) la globalización, factor que no podemos dejar de hablar cuando a movimientos sociales nos referimos, b) la ausencia del Estado y c) la tradición de las comunidades peruanas, relacionadas directamente con los movimientos contra hegemónicos, las relaciones sociales y la presencia de una elite mestiza. En las siguientes líneas desarrollaremos los puntos aquí planteados.

Pasado y presente, una realidad de violencia

Si bien la globalización o mundialización contemporánea, en términos de Wallerstein, comenzó en la década del 80, la multinacionalización, que comenzó a fines del siglo XIX y culminó con la retirada del Estado de Bienestar a partir del la finalización del conflicto este – oeste, fue la etapa previa que preparó el camino al neoliberalismo, etapa en que la CEPAL proveía las recetas económicas para los pueblos de Latinoamérica, recetas que no hacían otra cosa que consolidar la dependencia con Estados Unidos de América y lejos estaba la toma de decisiones por parte de los gobierno de América Latina.

En Perú durante la década del 60, el gobierno fue protagonista de un hecho contractual con la empresa petrolera extranjera International Petroleum Company, que lo llevó a la crisis política. Fue tal la indignación que sirvió como excusa a las Fuerzas Armadas para el golpe de Estado en 1968. El llamado Gobierno Revolucionario de las Fuerzas Armadas de fuertes connotaciones estatista y nacionalista, lleva al país a un abultado endeudamiento estatal y a una profunda crisis económica. Si bien, en 1980 estaban dadas las condiciones para el retorno de la vida democrática también estaba el terreno preparado para el brote de un grupo radical revolucionario y antisistémico, Sendero Luminoso. Para la vanguardia de Sendero no había alternativas democráticas, la única manera de llevar adelante la revolución era llegar al poder por las armas y desde ese lugar subvertir el orden imperante; enarbolando la bandera de educación para todos la que se iniciaría en las zonas rurales de la región sur andina, más precisamente en el departamento de Ayacucho, región donde la presencia del estado se encontraba ausente.

La ausencia del Estado en Perú era ya una modalidad habitual en las
regiones en las que no había presencia de empresas extranjeras. Sin caer
en anacronismos los antecedentes los encontramos en la Republica Aristocrática.

En el año 1895, conformando una alianza entre los demócratas
y los civilistas, Nicolás de Piérola ponía fin al segundo
militarismo, de ésta manera se iniciaba la denominada República
Aristocrática (1895-1919). El predominio político de éste
período lo tuvo una aristocracia agro exportadora cuyos representantes
pertenecían o estaban vinculados al Partido Civil, a estos sumados también,
una burguesía urbana e intelectuales. Sin embargo, la alianza de estos
sectores con los capitales extranjeros profundizaron aún más las
diferencias sociales que padecía Perú, provocando la exclusión
social, política y fundamentalmente económica de la mayoría
de la población peruana.

Al igual que en la época prehispánica, en la actualidad el territorio
peruano se puede dividir en tres regiones muy diferenciadas por sus características
geográficas, culturales y económicas; estas son, la costa, la
selva y la sierra. La región costera estaba caracterizada, entre fines
del siglo XIX y principios del siglo XX, por una incipiente modernización
capitalista con dominio de la clase terrateniente, propietarios de haciendas
modernas en contraposición con las haciendas de la sierra cuya tipología
era tradicional. Los trabajadores de esta zona, eran en su mayoría asalariados
y los productos extraídos estaban orientados básicamente al mercado
externo; la participación de empresas alemanas, inglesas y posteriormente
estadounidenses consolidaban esta orientación, cuyas principales actividades
eran la explotación de guano y la producción azucarera en la zona
de Lambaye. La selva, es una región que desde épocas del imperio
incaico se diferenció notablemente con las otras dos regiones; este sector
fue donde el Inca encontró mayor resistencia para conquistar e incorporar
a los pueblos que la habitaban. En lo que respecta a nuestro análisis,
es una zona que se incorpora tardíamente al Perú, y la primera
presencia blanca en la región son los caucheros a principios del siglo
XX. Por último la región de la sierra, orientada principalmente
al mercado interno, con haciendas tradicionales; si bien, había presencia
de trabajadores asalariados la mayoría cobraban en especies, también
una de las modalidades de explotación de la tierra más extendidas
en la región fueron los arrendamientos. Durante la República Aristocrática
la sierra va a ser el escenario de dos levantamientos campesinos, el de Rumi
Maqui (1915) en Puno y la Sublevación del Sur ( 1920-1923), para la década
de 1980 la situación del campesinado en relación a la presencia
del Estado no había cambiado demasiado y nuevamente la región
vuelve a ser el escenario de actos violentos, las acciones de Sendero Luminoso.

Los movimientos sociales de características contrahegemónicos en Perú no eran nuevos, convertidos en modelo contestatario y de rebeldía, anticiparon desde muy temprano la oposición a la explotación del campesinado indígena, ejemplo de esto son los casos de los alzamientos mencionados de Rumi Maqui y la Sublevación del Sur; sin dejar de mencionar para el tema abordado, la lucha en las sierras durante la Guerra del Pacifico donde las comunidades al ver amenazadas las fuentes de subsistencia no dudaron en tomar las armas contra el invasor.

Estas situaciones llevan a la reflexión y al debate sobre la nación peruana a un grupo de intelectuales en 1920. En su ensayo "Peruanicemos al Perú", Mariategui, sueña con un Perú donde el dominio de los gamonales y de los mistis queda en manos de los indígenas, tiene por central el problema del indígena y lo coloca bajo el signo racial, étnico, cultural y educativo; relacionado con el problema de la tierra. La conquista y la colonización fue un régimen de explotación de la población aborigen. El indígena andino por su tradición no es individualista, sino se debe a su comunidad, a los ayllus donde existe el principio de reciprocidad, principios estos totalmente incompatibles con el sistema liberal; a esto sumado los condicionamientos del capital extranjero, lo cual agrava el problema.

Por otro lado Valcárcel propone en esta cuestión de la nacionalidad desde una posición indigenista que "la Sierra es la nacionalidad"; a partir de la reconsideración de los temas agrarios, étnicos y regionales cuyo epicentro fue Cuzco y Puno. Se plantea la problemática surgida como consecuencia del despojo del campesinado por parte de las haciendas de las sierras y el tema es también abordado por los jóvenes universitarios cusqueños.

La idea de volver al pasado como una resurrección no era nueva en Perú;
para 1920 el mito de Inkarri daba cuenta de la resurrección del Inka
decapitado por los conquistadores que un día renovado y resucitado aparecería
para poner fin al poder de los mistis y comenzar una nueva era en donde los
pueblo indígenas dominaran la tierra ancestral; el antiguo imperio volverá
restaurado. Si bien, poco a poco con el trascurso de los años los reclamos
de los campesinos tenían que ver con el progreso, la tradición
andina indigenista seguía latente en las comunidades. Las comunidades
eran concientes que debían usar todo en relación a la modernidad,
es así que para mediados de siglo, los reclamos por la tierra llegaron
junto a los reclamos por la educación, tanto primaria como secundaria,
elementos necesarios para la superar su situación de dominado, es por
ello que con el fracaso de la Reforma Agraria del Gobierno del General Velasco
(1969) y el retroceso del Estado en las zonas rurales, dejando inertes la regiones
sin protección antes las grandes empresas latifundistas y por otro lado
el abandono de la creciente política educativa que había imperado;
la década de los 70 dará lugar a movimientos sociales virulentos
destacándose Sendero Luminoso. "Desde fines de los años setenta,
el repliegue del Estado en el campo fue dejando a las grandes empresas asociativas
surgidas de la Reforma Agraria como islotes aislados y semiabandonados de modernización".[3]

Sendero Luminoso se establece como un partido de izquierda marxista, con una
fuerte formación leninista, constituido por una vanguardia que ejerce
el poder en forma vertical, la componen jóvenes mestizos provincianos,
de clase acomodada, con formación universitaria en algunos casos o por
lo menos con educación secundaria, de la universidad de Ayacucho, ubicada
en la región del mismo nombre y de Huanta, localidad cercana. En todos
ellos el resentimiento hacia el blanco era el punto en común, entendían
que desde la conquista, lo mistis haciendo uso de la mística escritura,
ejercieron un dominio sin par, lo que motivó la destrucción del
imperio y de la civilización Inka, entonces la escritura los convirtió
en dominadores crueles y totales, por lo tanto consideran a la escritura más
que una herramienta. El sentimiento ambiguo de rechazo, rebeldía, resignación
y de repliegue por un lado y de apropiación de la cultura occidental
por otro, vista como un medio para escapar de la opresión domina a estos
jóvenes. Este tipo de sentimientos encontrados no era nuevo, debemos
pensar en la adaptación en resistencia.[4]

A lo largo de la historia andina encontramos diferentes formas de resistencia,
el Taki Ongoy del siglo XVII un movimiento de repliegue y resignación,
sin embargo el movimiento de Tupac Amarú y de Manco Inca son la respuesta
en rebeldía utilizando armas y estrategias del blanco, en todo caso lo
que se anhela es la preparación, la educación del misti, la escritura
y la lectura y de esa manera poder invertir la situación de dominados
en dominadores y vengar tanto perjuicio.

Las poblaciones andinas buscan en la educación también la verdad ya que se sienten engañados y robados, que se remonta al mismo momento de la conquista, entonces la escritura y la lectura los llevaría a un nuevo estadio que los sacará de la esclavitud, pobreza , marginación e ignorancia "Educarse equivaldría entonces salir del engaño, a partir de lo cual la educación puede adquirir un carácter explosivo, un dirigente campesino de Huanta expresaba: En comparación con los atropellos de otros tiempos claro que ahora está un poquito mejor. Pero necesita que se le instruya que alguien le de orientación, que haya cursillos (…) para ver si de esa manera puede progresar".[5] Dos consideraciones se imponen, la primera que la educación para los jóvenes universitarios de la región no era negociable, teniendo en cuenta el retiro del Estado en ese aspecto y por el otro todavía, la necesidad de un maestro-guía para que el indio encuentre su liberación cosa que hasta ese momento se producía el desconcertante retraimiento del Estado convertido en tutor que había reemplazo al gamonal; las palabras del campesino dirigente todavía tienen un dejo de dependencia, a pesar de ello la rebeldía y resistencia ahora puesta en favor de la educación para salir del engaño. Con su metodología en la acción, Sendero Luminoso no ocuparía para el campesino el lugar del Estado y menos aún el lugar del antiguo gamonal. En esta última relación debemos detenernos para hacer una análisis más profundo. Si bien las relaciones entre el patrón y los comuneros o los peones de las haciendas podían ser tensas en el pasado, también existía una relación de protección ante una amenaza externa. "Según las leyes de guerra maoísta, cuando el enemigo avanza, retrocedemos".[6] Este comportamiento de Sendero Luminoso, fue contradictorio con la figura del patrón andino tradicional.

Un nexo importante entre SL y el campesinado eran los jóvenes. Si bien, la modernidad se logra también por medio de la educación, la frustración de los mestizos respecto a esto se manifiesta en las zonas urbanas, donde la cultura hispano-criolla comprende a la modernidad en su entorno cultural y social, el mestizo esta excluido; provocando lo esperado en estos jóvenes estudiantes encontrándose entre dos mundos, el andino ancestral que esta lejos y sienten que ya no pertenecen, y el urbano que no les da cabida. Esta falta de coherencia se hace más notoria en la región de Ayacucho, en la mayoría de las universidades los profesores y alumnos instruidos en las ideas marxistas-leninistas finalmente cuajan en la Universidad de Huamanga, donde las ideas políticas maoístas forman un partido. He aquí la aparición de Abimael Guzmán, el maestro-guía referente fundamental para darle a los jóvenes la coherencia y verdad buscadas, que como en la tradición andina era alguien que venía de afuera pero a diferencia de lo esperado en el imaginario de las comunidades, éste renegaba de lo arcaico, tal es el caso que se prohibían las festividades ya que estas provocaban gastos innecesarios. Este tipo de acciones no eran bien vistas por el campesinado a esto sumado que los jóvenes tratando de convencer a sus mayores para que se sumen a la lucha, llegaron a coercionar con el terror.

Conclusiones

Podemos decir a la luz de los acontecimientos, que los objetivos del
grupo guerrillero marxista leninista maoísta Sendero Luminoso no fueron
cumplidos. La organización adopto el maoísmo dado que estas ideas
tenía como fuerza revolucionaria al campesinado y estos podrían
ser movilizados por el Partido Comunista con su conocimiento y liderazgo. Partían
del hecho que en un país con una inmensa masa campesina oprimida por
el latifundio, esta era la fuerza motora de la revolución.

El campesinado peruano con un fuerte arraigo al mundo ancestral, creyó en un principio encontrar una alternativa a la situación que les tocaba vivir, un salida al sistema que los agobiaba, pero poco a poco la metodología de SL fue entrando en contradicción con su pasado y sus tradiciones; en cambio los jóvenes, como menciona Degregori, eran los que engrosaban las filas de la organización, pero fundamentalmente eran el nexo entre ambos mundos antagónicos, uno, el de la modernidad, y el otro aferrado y relacionado con lo andino. Finalmente con la incorporación de estos jóvenes se agudizó la brecha generacional existente.

Es curioso en todo lo expuesto que aquello que en un principio parecía compatibilizar a simple vista con las tradiciones del mundo indígena, fue en realidad lo que llevó al campesinado a tomar la decisión de rechazar paulatinamente a SL.

Históricamente los movimientos de resistencia en Perú por lo general contaban con características muy particulares, comenzaban con reclamos y protestas generados producto de desigualdades o medidas tomadas por las autoridades; lo que comenzaba con una tibia protesta, daba como resultado una lucha entablada contra los usurpadores de las tierras, los mistis; intentando reestablecer el antiguo y añorado Tawantinsuyu. Una de las características más sobresalientes de estos movimientos fue la presencia de lideres carismáticos, que generalmente eran mestizos y no pertenecían a la comunidad, eran venidos de otros lugares. Aquí es donde encuentra cabida la figura de Abimael Guzmán como maestro-guía, para satisfacer las demandas que les eran solicitadas al Estado ausente. Pero a diferencia de lo esperado, este nuevo jefe por su metodología e ideología iba a chocar con lo que podríamos llamar el pensamiento andino.

Cuando SL entra en las comunidades, ante la más mínima sospecha, no dudaba en castigar con la muerte a los que ellos consideraban soplones o colaboradores de las Fuerzas Armadas, o todo aquel que por su comportamiento vaya en contra de los principios revolucionarios. Pero la muerte era el límite impuesto por las ideas del mundo ancestral, la comunidad buscaba el castigo; había que castigar, no matar, porque la muerte de un individuo incidía en el funcionamiento de la misma. Por lo tanto los múltiples actos violentos que conducían a la muerte cometidos por SL comenzaban a desgarrar el tejido social de la comunidad.

Este nuevo patrón debía ser inflexible pero justo, debía castigar pero no matar y por sobre todo "proteger" al igual que el papel que desempeñaba el patrón en el pasado. Cuando el ejercito decide, a partir de 1983, llevar adelante una contraofensiva contra SL, actúan estratégicamente de dos manera: "la primera limpiar la zona, como gustan decir los militares; y, la segunda, enfrentar a Sendero con la población civil, es decir para que no puedan más moverse como pez en el agua"[7]. A partir de estas prácticas, SL comienza a replegarse; por las leyes maoístas de lucha cuando el enemigo avanza hay que replegarse no queda otra, y es en esta forma de actuar donde el campesinado se encuentra desconcertado, "el patrón ya no nos protege", los dejan a merced de los militares que utilizan también el terror con la finalidad de instalar en las comunidades que si había alguien a quien temerle, era a las Fuerzas Armadas.

Las festividades para las poblaciones andinas eran muy importantes ya que estaban ligadas a su vida cotidiana y se venían celebrado con variaciones o adaptaciones mediante, desde tiempos memoriales. SL, apelando a las máximas revolucionarias prohíben las fiestas de cualquier tipo, ya que no se justifica el gasto innecesarios empleado en estas; este forma de actuar es atentar directamente contra el pasado cultural de los campesinos los cuales provocan alzamientos y protestas esporádicas contra SL.

Otra de las represalias empleadas por Sendero contra el campesinado, era matar sus animales, ya sean para alimento de los propios senderistas o como escarmiento por algún tipo de sospecha que jugaba contra los intereses de la causa. Podemos encontrar antecedentes de este tipo de comportamiento con el ejercito de ocupación chileno durante la Guerra del Pacífico, así también la resistencia de las comunidades y el alzamiento de la Sierra Central. Matar a los animales o actuar directamente sobre los alimentos de la comunidad, es amenazar las condiciones de reproducción de la comunidad.

La presencia de SL que prometía grandes cambios en las zonas rurales, por el contrario nada tenían que ver con el pasado y las muertes de campesinos se fueron incrementando para fines de los 80. Podemos vislumbrar que el campesinado indígena no podía plegarse a la lucha y obedecer a un nuevo "patrón" que por su ideología, en esta oportunidad no los castigaba, los mataba; no los protegía, los abandonaba; mataba sus animales, destruían las relaciones sociales de la comunidad y atentaban contra los medios de subsistencia de la misma. Sendero Luminoso perdió de esta manera la fuerza motora de la revolución por no saber comprender y respetar las tradiciones, ni el pasado.

Bibliografía

Centro Interamericano para el Desarrollo del Conocimiento en la Formación Profesional, "Juventud rural peruana: entre los dos senderos" en http://www.cinterfor.org.uy/public/spanish/region/ampro/cinterfor/temas/youth/doc/not/libro27/i/index.htm. (Consultada 27/12/08)

DEGREGORI, Carlos Iván, "Ayacucho 1980-1983. Jóvenes y campesinos ante la violencia política", Nueva Sociedad, Nº 114, Julio – Agosto, 1991.

DEGREGORI, Carlos Iván, "Ideología y violencia política en Sendero Luminoso" en Heraclio Bonilla (comp.) Perú en el fin del milenio. México, DF, Ed. Dirección General de Publicaciones del Consejo Nacional para la Cultura y las Artes, 1994.

ECKSTEIN, Susan, "¿Qué ha sido de todos los movimientos? Los movimientos sociales latinoamericanos en vísperas del nuevo milenio" en http://www.insumisos.com/ lecturasinsumisas/QUE%20HA%20SIDO%20DE%20TODOS%20LOS%20MOVIMIENTOS.pdf (Consultado 27/12/08)

GONZALEZ, Raúl, "El itinerario de Sendero" en Heraclio Bonilla (comp.) Ob cit.

SOTO RODRÍGUEZ, José Antonio, "Los movimientos sociales en Latinoamérica: Alcances y perspectivas de sus proyecciones sobre el poder" en http://www.bolpress.com/art.php?Cod=2005003937. (consultada 27/12/08)

 

 

 

 

 

 

Autor:

Miguel Antonio Anfuso

Marcelo J. Corengia

Prof. Responsable de c?tedra: Lic. Andreas Doeswijk

Universidad Nacional del Comahue

Facultad de Humanidades Carrera de Historia – Sede CRUB

Asignatura: Am?rica III

[1] Soto Rodr?guez, Jos? Antonio, "Los movimientos sociales en Latinoam?rica: Alcances y perspectivas de sus proyecciones sobre el poder" en http://www.bolpress.com/art.php?Cod=2005003937. (consultada 27/12/08)

[2] Eckstein, Susan, "?Qu? ha sido de todos los movimientos? Los movimientos sociales latinoamericanos en v?speras del nuevo milenio" en ttp://www.insumisos.com/lecturasinsumisas/QUE%20HA%20SIDO%
20DE%20TODOS%20LOS%20MOVIMIENTOS.pdf (Consultado 27/12/08)

[3] Centro Interamericano para el Desarrollo del Conocimiento en la Formaci?n Profesional, "Juventud rural peruana: entre los dos senderos" en http://www.cinterfor.org.uy/public/spanish/region/ampro/cinterfor/
temas/youth/doc/not/libro27/i/index.htm. (Consultada 27/12/08)

[4] Hace referencia al concepto acu?ado por Steve Stern.

[5] Degregori, Carlos Iv?n, "Ideolog?a y violencia pol?tica en Sendero Luminoso" en Heraclio Bonilla (comp.) Per? en el fin del milenio. M?xico, DF, Ed. Direcci?n General de Publicaciones del Consejo Nacional para la Cultura y las Artes, 1994 , p.123.

[6] Degregori, Carlos Iv?n, "Ayacucho 1980-1983. J?venes y campesinos ante la violencia pol?tica", Nueva Sociedad, N? 114, Julio ?? Agosto, 1991, p. 25.

[7] Gonz?lez, Ra?l, "El itinerario de Sendero" en Heraclio Bonilla (comp.) Ob cit, Cap. VII, p. 256.

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